El movimiento corporal se produce cuando los impulsos nerviosos enviados por los centros neurálgicos excitan los músculos, contrayéndolos y originando un movimiento relativo en los huesos, a los que por medio de los tendones están “soldados” (en realidad, el tendón se convierte en hueso –fibras de Sharpey-) y posibilitado por las uniones dinámicas existentes entre la mayoría de los huesos, llamadas en general, articulaciones. Debido a esto, existen autores que hablan de un aparato locomotor pasivo o sistema pasivo, formado por los huesos (sistema óseo), y un aparato locomotor activo (sistema activo) formados por los músculos y las articulaciones.
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